Las crisis
socio-económicas cuando se dejan correr no tocan fondo; siempre es posible que
mañana estemos peor que hoy, pero, en ocasiones, hay específicos momentos que
refuerzan con renovados bríos una equivocada trayectoria hacia el abismo.
Septiembre-octubre,
pudiera ser, uno de esos más oscuros lunares en esta ya, por demás, larga
tragedia que determina nuestra difusa cotidianidad.
Default
explícito de la deuda financiera, tasa diaria de inflación superior a 4% diario
y una escasez de alimentos como jamás la hemos vivido, prometen ser componentes
perniciosos de una ecuación perversa que se retroalimentaría a si misma
configurando una tormenta social que hará palidecer la muy difícil hora actual.
Veamos porque.
La caída abrupta
en la producción petrolera imposibilita el pago de nuestros compromisos
externos. De octubre del 2017 a mayo del 2018, según la OPEP, la industria petrolera nacional ha disminuido
en 640.000 b/d su producción, lo que constituye un descenso de 34%, en apenas 8
meses.
El impacto que
esa situación tendrá sobre los ingresos petroleros, responsables del 98% de los
ingresos en divisas, implicará que el déficit en nuestras cuentas externas se
ubique entre USD 12-14 mil millones, lo cual obligará entre octubre-septiembre
a declarar explícitamente el default de toda la deuda -acumulamos USD 3.000
millones en pagos vencidos-, lo que a su vez, dificultará la comercialización
de nuestros crudos por los innumerables litigios a que se verá sometida la
República. Decenas de propietarios de bonos emitidos por PDVSA y la Nación
entablaran juicios para embargar nuestros activos, siendo el petróleo,
incluyendo los tanqueros que los transportan y las refinerías ubicadas en el
extranjero, las presas más apetecibles.
Fuente: OPEP.
Inflación
diaria de 4%.
De acuerdo al Índice de Precios de la
Asamblea Nacional, este año la inflación, medida por el incremento diario en
los precios, se ha comportado como se ilustra en el gráfico siguiente:
Fuente: Asamblea Nacional, cálculos
propios**
La proyección de
4% diaria de incremento en la tasa de inflación para septiembre-octubre se
fundamenta en el desempeño actual de las variables que le determinan, a saber:
la Liquidez Monetaria, la Demanda Real de Dinero y la Tasa de Cambio en el
mercado paralelo.
¿4% de aumento
diario qué significa? Simple: una inflación de 200% mensual, lo que implicaría
que los precios se DUPLICARIAN cada 17 días. ¡Terrible! ¿No?
Escasez
de terror.
Fuente: BVC, Ecoanalítica*, estimación
propia**
Entre 2018 y
2012 las importaciones caerán 83%. Según las que estimamos para este año y las
observadas el anterior disminuirán 26%. Ya el año pasado las importaciones se
ubicaron por DEBAJO del límite socialmente intolerable.
Cuando combinamos
el comportamiento de las importaciones con lo que produciremos localmente,
sobre todo en alimentos y lo referimos al segundo semestre del año, surge la
preocupación que se resume en el subtítulo de este aparte.
El 80% de la
comida que se produce en el país se realiza en el denominado ciclo invierno
(abril-septiembre), y por lo observado y de acuerdo a datos suministrados por
Fedeagro, la producción de alimentos este 2018 caerá 12% respecto a 2017, que
dicho sea de paso, fue CRÍTICA.
Conclusión:
Default,
demandas contra la República, menos producción petrolera, dificultad para
colocar el poco crudo que producimos, menos importaciones, mas escasez,
inflación de 4% diario, imposibilitados de contratar créditos en el exterior,
con severas restricciones para vender activos por las sanciones financieras y
con un exiguo nivel de Reservas Internacionales que impide paliar la situación.
Un cuadro extremadamente delicado. La diáspora de venezolanos aumentará
inusitadamente, colapsando las frágiles economías de los países vecinos.
¿Habrá
consecuencias?: sin duda, además de las señaladas, también políticas. No estoy
diciendo que se romperá el actual status político, pero… oscurecerá y veremos.
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