Los precios de la Canasta Alimentaria aumentaron 30% la última semana de mayo -Ecoanalítica-, lo cual significa que se incrementaron a una tasa DIARIA promedio de 3,8% durante ese lapso.
Si en junio se observa esa tasa de crecimiento, entonces, para el mes que corre los precios de los alimentos se duplicarían a los 19 días y aumentarían 206% en el transcurso del mes. ¡Santo Dios! Es decir, se multiplicarían por un factor de 2,06; a ver: el primero de junio en el mercado municipal de Barinas un kg de pollo costaba 1.950.000 Bs, para el 30 de junio costará 4.017.000 Bs; es decir, un pollo de 2.2kg tendrá un precio a final de mes de 8.850.000Bs.
Recuerde que 206% es un promedio ponderado. Unos precios crecerían por encima de ese factor y otros no, pero en conjunto y en función del peso relativo de cada uno de ellos, aumentarían en esa proporción, o desde otro ángulo, duplicarían la tasa general de precios de mayo que fue de 110%, según la medición que la Asamblea Nacional cálculo para dicho mes.
Y podría ser peor. Estamos asumiendo un comportamiento estático o tasas de crecimiento en los precios que no varían en el corto plazo. Contrario a lo que sucede en tiempos de hiperinflación, que son los tiempos que por irresponsabilidad del gobierno estamos viviendo. Más aún: sí se mantiene la concepción de política económica vigente –y todo indica que va a ser así-, pues, cada mes tendremos una tasa de inflación que será mayor que la observada el mes anterior. ¿Qué estamos diciendo?: que el INPC de junio debe ser mayor al observado en mayo, esencialmente debido al aceleramiento percibido en la liquidez monetaria, y al incremento desbocado del dólar en el mercado paralelo.
Jehová nos ayude a superar este duro trance.
Wilfredo Briceño.
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